El amor es una lucha constante contra
la muerte
que en este momento acecha,
bajando por las paredes
en una cascada de sombra que gotea.
Las verdades tóxicas nacen de la
tinta.
Nos gusta hacernos daño contra el
papel,
como si al rasgar con el bolígrafo
atentáramos contra el propio corazón.
Cuando miras a otro lado,
me convierto en poeta de los rincones
y son versos casi épicos
que siempre se quedan dentro.
Carbón desgastado que en llamas
aniquila,
fauces de chacales hambrientos,
es un miedo abisal
que nos arrastra a un lugar contrario.
Y tú te elevas un poquito y tiemblas.
Y yo suspiro una palabra y caigo,
y la cobardía huele como el azufre,
como almas condenadas al fracaso en una
habitación.
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