viernes, 11 de octubre de 2013

Caminos cruzados o The place beyond the pines



Si ya es difícil narrar una sola historia, mucho más tres en una.  Si además se cruza el destino en la ecuación,  el reto de Derek Cianfrance (guionista y director, no olvidemos este detalle, siempre interesante) es más que loable.
Caminos cruzados toca un tema recurrente; “El destino”, bifurcación, meandro, cauce, drama, derivación, lucha de fuerzas contrapuestas, lugar remoto en medio del bosque, bajo los pinos. Cierto es, que siempre hay una causa y es el movimiento inexorable de la vida el que define la senda por la que se transita, pero aquello que dejamos atrás confluye siempre en un punto futuro.  
Esta película es un interesante experimento técnico y un ejercicio de montaje que no se hace pesado, (pese a su metraje no es descabellado pensar que se quedaron pasajes en el tintero). Parte de un joven nacido para cabalgar su moto, y como en toda buena historia dramática no falta la historia de amor ni la mujer hermosa. El miedo es la fuente generadora del desenlace, y la ambición y el legado definen la trama. A grandes rasgos así la veo. Está película contiene pinceladas de gran cine, otras quizá se pierden en el claroscuro.  
Respecto a los actores, qué decir. Elenco de guapos protagonistas. Ray Liotta tiene ya cara de poli corrupto. Bien interpretada, no se pueden poner peros.


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