Recientemente ha salido a la venta el apoteósico número final de la colección The Boys, un ejemplo de cómo el noveno arte puede entretener al público adulto gracias a su brutal (en fondo y forma) visión del mundo de los superhéroes que todos conocemos.
El cómic cuenta la historia de un extravagente grupo de operaciones encubiertas dedicado a poner freno a todos los desmanes y disparates cometidos por diversos superhéroes, que se han puesto el mundo por montera y cometen toda clase de perversiones y salvajadas sabedores de que nadie les puede hacer frente. ¿Nadie? Perdón, casi nadie. De todos modos, lo más entretenido de The Boys no es tanto comprobar cómo Carnicero (así se llama el líder del grupo) y compañía ponen en su sitio (la UCI o la tumba) a tanto "súper" descontrolado como descubrir los personajes y grupos súperheroicos que aparecen parodiados bajo distinta apariencia y nombre. Así, por las páginas de The Boys vemos desfilar enfermizas y demenciales versiones de Supermán, Batman (y Robin), La Liga de la Justicia, Los Vengadores, La Patrulla X, Los Nuevos Titanes...La plana mayor de los personajes de Marvel y DC Cómics son parodiados brillante y salvajemente en esta colección, lo cual es un valor añadido a la ya de por sí interesante trama de acción y
conspiranoia superheroica que vertebra la historia. Y es interesante porque esta obra responde a una cuestión que muy pocas veces se aborda en un cómic: ¿qué se podría hacer si en un mundo protegido por superhéroes éstos hicieran un uso abusivo de su estatus?
Lo cierto es que no es habitual hacer/leer un cómic de superhéroes destinado tan claramente a un público adulto y menos aún a través de personajes originales y menos todavía utilizando haciendo un apabullante despliegue de violencia gore, sexo explícito, vocabulario corrosivo y un despiadado sentido del humor más negro que la noche. Todas esas son las señas de identidad de The Boys pero también de su creador: Garth Ennis, el historietista irlandés responsable de joyas tan bestiales (y no aptas para personas sensibles) como Predicador, Crónicas de Wormwood o Crossed.
Así las cosas, The Boys habría que situarlo, por originalidad, calidad y capacidad de impacto, en lo más alto de la lista de cómics para adultos con temática superheroica en el que encontramos la magistral The Authority o las interesantes Irredeemable y Rising Stars.
En definitiva: Si alguien tiene una mente lo suficientemente
abierta y un estómago lo suficientemente fuerte y quiere leer algo alejado del estándar de Marvel/DC, que no dude en leer un cómic que hace que cualquier película de Quentin Tarantino parezca de Disney aun siendo igual de entretenido. ¿Se puede pedir más?
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