Nunca seré nada.
No puedo querer ser nada.
Aparte de esto,
Tengo en mí
Todos los sueños del mundo.
Fernando Pessoa
En esta noche,
Junto a la cama de un hospital
En donde yace mi abuelo.
Aquí, al son de las estrellas,
Pienso y me dejo arrastrar por la mar más melancólica.
Me descanso en el propio abatimiento,
De plenilunio y de otoño
Aunque sea ya verano y la noche huela a hierba en algún
lugar muy lejos.
Pienso que esto no es justo,
Pero qué se yo de justicia...
Pero qué se yo del tiempo, si no hallo más que tiempo que he
perdido,
Y duele perder recuerdos cuando ansío el infinito.
Aquí junto a mi abuelo,
Que duerme y respira lento,
Pienso que no es justo,
Que me canso, que me canso,
Que solo encuentro consuelo en los besos que me han dado
pero ya no son ni besos.
Y ni el amor es consuelo.
Y ni la luna es ya un bálsamo.
Que me canso, que me canso.
Que esto no es justo,
Que esta vida es un tormento.
Y entonces me calmo. Solo un poco, pero me calmo.
Pero aún así, duele tanto, que respirar a veces creo es una
tarea de tontos.
Pero luego pienso y pienso y pienso y más tarde me levanto,
Y me fumo en la terraza un cigarrillo,
Terraza de muros altos,
Terraza y ladrillo viejo,
Y en las ventanas cerradas a lo lejos se esconden muchos
enfermos,
Y yo estoy sano,
Así que rememoro la última conversación que tuve con un
amigo,
¿Cómo te va? -Le digo
Y él responde -Aquí, peleando.
Eso es todo supongo, aquí peleando, como mi abuelo al que
quiero tanto.
Al son de las estrellas entre muros altos.
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