Saqué la entrada sin mucha
convicción, no por mi falta de fe en el bueno de Michel, que ya ha demostrado ser un autor sobradamente preparado tanto
en publicidad, (para muestra dos botones):
videoclip musical (excelsas
colaboraciones para The White Stripes, Radiohead, The Chemical Brothers, Kylie Minogue
y por supuesto Bjork):
y cine: Con su ópera prima “Olvídate
de mí”, a mí (valga la redundancia) y a muchos otros nos dejó boquiabiertos su
originalidad.
Pues si parecía imposible
trasladar a la gran pantalla el fascinante espectro Vian, y más aún esta novela,
una de las más sustanciosas del poeta, (siempre surrealista, siempre músico
también y siempre excéntrico, excesivo y genial), su obra quizás más conocida
que constituye una cruel metáfora del amor en su sentido más pleno y romántico.
Gondry da un paso hacia delante y sin miedo y haciendo uso de las armas que le
caracterizan (creatividad a borbotones), una vez más obtiene nota más que alta.
Nota alta y nota jazzística que a veces sube y otras baja (así es el jazz, no
se puede atar a una sola melodía), pero
siempre fiel al libro sin improvisación ninguna, porque desde el principio a
través de Duke Ellington nos imbuye de que este reto es posible, y a ritmo de
lindy hop nos sumerge en ese manantial de imágenes que es la imaginación del
autor de “Escupiré sobre vuestra tumba”.
Resaltar la caricatura de Sastre
(en la vida real hubo un lío de faldas de por medio), y el maravilloso y
tétrico final. Una película más que recomendable.
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