No quiero manchar esta simulación.
Bastante tiene con sopesar palabras
De un (¿poema?) recostadas en él.
Apenas intento llamar la atención
Sobre esta avalancha de
irreflexión:
Las cimas que construyen
precipicios,
Se construyen en silencio como cosa
De raro esoterismo, rastro de
espejismo
Que se extiende con el silencio de
todos;
Extraño poder, mortalmente magnético.
No quiero manchar esta respiración,
Que no un poema, pero te diré que:
Los nazis eran hombres como
nosotros.
Queda dicho.
No pensemos que las cosas se hacen
solas,
Y mucho menos cuando solo dependen
De: La bolsa y la fluctuación del
dólar.
No abracemos a los tibios
poderosos,
Aquellos forajidos;
Que no son panacea,
Que traen su ignorancia.
¿Por qué escribo?
Escribo:
Per prendere la voce con i mani.
Per
vedere el azul,
El blanco vuelto sombra que se cae
de la tarde.
Per diventare l’uomo sensa vacío,
Sensa rutina.
Y sobre todo escribo: Porque quiero
Aprehender el lenguaje de las
palabras,
De las estrellas.
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