Esto no va a ser fácil de contar.
-Inspira por la nariz. Despacio. Ahora deja
salir el aire por la boca contando hasta diez.
Es mi terapeuta. Quiere sofronizarme. Algo así
como la hipnosis. Que haga una regresión al pasado. Que me visualice siendo
niña. Quiere intentar llegar a la génesis de mi problema. Es muy joven y, a su pesar, lo enfatiza
poniéndose muy derecha en la silla, adoptando un gesto de serenidad comprensiva,
usando una bata blanca de tela rígida que le queda un poco grande y llamándome
de tú. Se esfuerza. No la quiero defraudar.
-Deja tus
piernas y tus brazos flojos. Deja que tu mandíbula caiga, que tus párpados se cierren suavemente.
Ha bajado las persianas dejando que la luz
pase entre las rendijas. Ha puesto música chill out de su iphone en un pequeño
altavoz. Muy profesional. Previsible. Y muy ingenua.
Estoy ingresada
en una clínica psiquiátrica porque cuando mi novio me dejó, me tumbé en la cama
con todo el pedido que había hecho al supermercado gourmet y me lo comí. Empecé
por la mortadela de Bolonia, auténtica, cortada muy finita, rosada y cremosa. Continué
con los demás fiambres y los quesos. Dos botellas de cava después, me costó mucho
terminar el último cubo de helado
derretido. De hecho vomité a la mitad. Pero troceé galletas belgas dentro y la sensación crujiente me estimuló.
Soy diabética. Y muy gorda.
-Deja que tu cuerpo se abandone, sin oponer
resistencia.
Hice otro pedido por teléfono y cuando no abrí
la puerta, el chico del reparto avisó al portero. Entraron y me encontraron en
coma. Los envoltorios y los restos de comida se mezclaban entre las sábanas
arrugadas con los fluidos que habían salido del cuerpo cuando se relajaron mis
esfínteres. Llamaron al 112.
Esta es una de
esas historias que a uno le dan asco pero que quieres conocer.
-Imagínate en un
lugar donde te sientes muy tranquila, muy relajada. Siente la luz, la
temperatura y los sonidos de ese lugar.
Soy un bulto oscuro enorme derramado encima de
un sillón reclinable en la sala en penumbra de un psiquiátrico. Oigo una música
aburridísima. La temperatura está bien.
-Visualiza una puerta.
Es la puerta hacia tu pasado. Camina hacia ella.
La verdad es que yo no quería a mi novio.
Pero eso lo contaré otro día.
Me encanta cómo escribes, Catalina... :-) Una recomendación Shirley Jackson http://libros.fnac.es/a821489/Shirley-Jackson-Siempre-hemos-vivido-en-el-castillo
ResponderEliminarY la mejor http://en.wikipedia.org/wiki/The_Haunting_of_Hill_House
Te va a gustar. Un beso. Nines
Muchas gracias, Nines.
EliminarLos leeré.
Un beso, Catalina