domingo, 21 de julio de 2013

"The conjuring": El expediente del miedo


Este fin de semana se ha estrenado en España el último mal rato de James Wan, Expediente Warren: The conjuring, una película que ha venido precedida de oleadas de expectativas y comentarios que la colocaban como una de las mejores películas de terror de los últimos años. Y la verdad es que no eran exageraciones porque, para mí, es una de las películas de "miedo" más notables de los últimos veinte años; de esas que dignifican un género echado a perder por la mediocridad, el gore facilón y el susto "videoclipero".

The conjuring supone la confirmación definitiva de James Wan como un maestro a la hora de rizar los nervios y tensar el vello, después de su debut con la brutal (y magnífica) SaW, la puñetera Silencio total o la entretenida y acongojante Insidious. Wan se doctora con esta película en la que no sólo podemos reconocer los elementos que conforman su sello personal (muñecos inquietantes que actúan como heraldos del horror, los colores rojo y blanco asociados a lo maligno, la espiral como símbolo de mal fario, el dominio del "contrasusto", la composición de la trama como una maquinaria en la que no queda ni un solo elemento al azar y la
inclusión de giros argumentales que mejoran la historia al tiempo que inquietan aún más al espectador) sino también todos los elementos "canónicos" que debe tener cualquier historia de terror, tanto en el contenido (fantasmas, posesiones demoníacas, brujas, enemigos invisibles, maleficios, la muerte como ponzoña sobrenatural para un lugar o edificio, secretos terribles, asesinatos truculentos, el sótano como metáfora de lo oculto e infernal, los niños y animales como primeros testigos de lo sobrenatural, la madrugada como cita con lo imposible...), como en lo visual (ambientes sombríos, puertas entreabiertas, niebla, reflejos en cristales y espejos, personas o cosas que aparecen súbitamente, la penumbra como incertidumbre...) y sonoro (chirridos, crujidos, ruidos inexplicables, sonidos incorpóreos, golpetazos imprevistos...).  Es, en resumen, un plato con todos los ingredientes para no estar cómodo. Un "all star" del mal rollo.

Por eso, James Wan no ofrece en esta película nada nuevo respecto a lo que ya crearon hace mucho tiempo Henry James y Edgar Allan Poe, por poner dos ejemplos clásicos, pero lo que hace, sin ser novedoso, consigue el resultado esperable y deseado, lo cual no quiere decir en absoluto que The conjuring sea una película previsible o efectista, porque eso sería escupir a su magnífico manejo del suspense (¡qué bien funciona lo implícito y lo imaginado para crear tensión!) y su seriedad, calidad y buen hacer profesional. Y, en esto último, hay que destacar especialmente la dirección artística (genial recreación de la época de los 70) y a los actores protagonistas, unos solventes y sólidos Patrick Wilson y Vera Farmiga.

No obstante, pese a todo lo dicho hasta ahora, lo más interesante de Expediente Warren es que, como se encargan de recordarnos en los créditos iniciales y finales, está basada en hechos reales protagonizados precisamente por el matrimonio de investigadores al que alude el título en castellano de esta película: Lorraine y Ed Warren, una pareja que desde 1950 y durante varias décadas se enfrentó a lo paranormal alcanzando una fama bastante grande en
Estados Unidos. Así, The Conjuring traslada a la pantalla grande los sucesos vividos por la familia Perron al mudarse a una casa en el campo en Harrisville (Rhode Island) en 1971. Unos acontecimientos tan dramáticos como sobrenaturales que desesperaron y asustaron a los escépticos Perron hasta el punto de acudir al matrimonio Warren en busca de ayuda. Lo curioso es que esta no es la primera vez que se ve en el cine algo investigado por los Warren, pues Ed y Lorraine investigaron en 1976 los famosos hechos de Amityville (que fueron llevados a la pantalla inicialmente en 1979) o los fenómenos sufridos por la familia Snedeker en 1980 (en los cuales se inspiró la película de 2009 Exorcismo en Connecticut). Cuando menos es curioso.

Para finalizar, está claro que en esta reseña no he desvelado mucho de la historia ni de su final, porque, en lugar de eso, lo mejor que puedo hacer es recomendar esta película a toda persona que quiera pasar un buen mal rato...

1 comentario :

  1. Tienes toda la razón, normalmente cuando veo una película de miedo no suelo asustarme, pero lo ha conseguido mantanerme en tensión, teniendo incluso la sensación de vivirla obviamente con el pelo de punta, increícle y super recomendable para los amantes del género terror que les guste pasar miedo y sobre todo que no defraudará a nadie

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